Por Jorge Maro
Hablar de cuidado de la piel va más allá de rutinas y productos; para Michael Miranda es una forma de compartir su historia y conectar con quienes enfrentan desafíos similares. Desde sus primeros días lidiando con un acné severo hasta convertirse en una figura reconocida en redes sociales, nos cuenta cómo la vulnerabilidad se convirtió en su fuerza y cómo logró transformar una inseguridad personal en un mensaje de apoyo y autenticidad. En esta entrevista, nos comparte su camino, los retos de ser figura pública y sus consejos para quienes buscan cuidar su piel de manera consciente.
¿Cómo ha sido tu historia con el cuidado de la piel y sus beneficios?
Mi historia con la piel ha sido lo que me trajo hasta aquí. Recuerdo haber pasado por una crisis de acné muy fuerte y querer empezar en redes sociales; me había cansado de ser un espectador, pero siempre había un pensamiento que me detenía, que me decía que debía empezar solo cuando no tuviera acné. Si le hubiera hecho caso a ese pensamiento, hoy no estaría aquí creando contenido.
Nunca quise normalizar el acné, sino darle visibilidad y que las personas que lo padecen encontraran un lugar seguro y se sintieran acompañadas.
Al pasar dos años haciendo contenido, logré conectar con una marca que amo y a la que siempre le tendré cariño: Garnier. Fueron los primeros en interesarse en mí y en mi historia. Incluso quedé en la campaña del lanzamiento del serum anti-imperfecciones de Garnier, donde conté cómo se siente alguien que tiene acné y además pude ver lo transparentes que son con sus fórmulas y con los talentos que eligen para sus comerciales y campañas en México.

¿Cómo ha sido para ti dar el salto en redes sociales, como figura pública?
Dar el salto en redes sociales ha sido un clavado hacia mí mismo, en el que nunca termino de conocerme. No soy el mismo que empezó hace cuatro años en redes sociales, y eso me encanta. Las redes sociales me han ayudado a darme cuenta de mi evolución, a comprender que siempre me estoy reinventando y que cada versión actual que conozco de mí es mejor que la anterior.
Para ser sincero, no ha sido nada fácil. Abrirte camino tú solo en el mundo de las redes sociales y lograr colaborar o trabajar con marcas con las que siempre soñaste a veces es complicado, sobre todo si no eres hijo de alguien famoso, una figura pública muy reconocida, un “nepobaby” o, por así decirlo, no cuentas con una fama ya construida que venga del mundo artístico, o si no tienes un manager. Sin embargo, no es imposible.
Ser figura pública implica cuidar muchas cosas de ti, pero lo más importante es dar tu versión más pura a los demás, tener un propósito del porqué estás en el medio y compartir un mensaje que ayude a los demás a encontrarse mejor consigo mismos. Con los haters, es fundamental mantener la mente fría y nunca engancharte: “Las cosas de quien vienen”.


Abrirme el camino yo solo en redes sociales ha sido una experiencia bastante grata y enriquecedora. Aún recuerdo cuando tenía 10,000 seguidores y cero trabajo; entonces entré a CROM Agency, una agencia de talentos, y empezaron a invitarme a eventos. Recuerdo haber vendido maicitos en mi universidad para costear mis viajes a la CDMX, todo con el fin de posicionarme. Llegué a pretender trabajar con esas invitaciones haciendo posts como si hubieran sido campañas, y después de eso conseguí trabajo. Siempre estaré agradecido con esa agencia y con Axel Escalante, mi antiguo manager; todo valió la pena.
¿Qué es lo que has aprendido más del mundo de las redes sociales?
En este mundo, ser tú mismo es la clave para conectar genuinamente con las personas. ¿Quieres agradar a todos? Encaja. ¿Quieres llegar lejos? Sé tú mismo.
Las redes sociales son indispensables para comunicarnos, pero hoy en día se usan para una infinidad de cosas. Han evolucionado junto con el ser humano, y actualmente las personas nos vemos muy influenciadas por lo que se ve en ellas.
Lo que yo he aprendido es a mantener siempre los pies bien puestos en la tierra. Muchas personas se comparan con las vidas “perfectas” que vemos en redes sociales; eso no quiere decir que lo que publican no sea real. Para algunos, esa puede ser su realidad, pero debemos ser conscientes de que todos tenemos realidades diferentes. Hay que aprender a ver los logros de los demás sin abrumarse por no tener la vida de un “influencer”. Los logros de otros pueden ser un impulso, una motivación, o, si lo tomamos mal, una fuente de frustración.
¿Cómo es tu relación con la moda actual y qué tendencias estás siguiendo?
Actualmente, estoy optando por un estilo sofisticado y aspiracional. Siempre me gusta darle un toque elegante a mis looks, combinando prendas y accesorios que los eleven. Amo los outfits all black y siento que mi estilo es casual chic con genderless vibes, porque a veces me gusta usar prendas fuera de lo común, que normalmente un hombre no usaría, pero que le dan ese toque especial que refleja mi esencia.
Hace tiempo experimenté vistiéndome incluso con lo que no me gustaría usar, solo para descubrir qué es lo que realmente me gusta y con qué estilo me siento más yo.

¿Qué mensaje das a nuestros lectores que están buscando un tratamiento para la piel?
La piel es un tema bastante serio, especialmente cuando se trata de enfermedades cutáneas. Le aconsejaría a las personas cuestionar todo lo que ven en redes sociales sobre cuidado de la piel y tratamiento de afecciones. Es importante elegir creadores que eduquen, hablen de los ingredientes y compartan información responsable.
Sin embargo, es fundamental entender que una enfermedad de la piel no se trata siguiendo las recomendaciones de un influencer. Las enfermedades cutáneas siempre deben ser tratadas por un dermatólogo. El papel de un influencer es poner la información sobre productos en bandeja de plata, para que las personas puedan elegir lo que mejor se adapte a su piel y necesidades, siempre consultándolo con su dermatólogo de confianza.
